La tradición del Carnaval implicaba la alteración del orden social en el plano simbólico. O así dicen los antropólogos: una fiesta en la que se liberan las tensiones sociales y cualquiera puede ser rey, general o cambiar su género si lo desea. Sin embargo, este año, en el carnaval de Madrid, la sátira ha llevado a dos artistas a la cárcel por hacer un espectáculo de marionetas.
Los titiriteros Alfonso Lázaro de la Fuente, de 29 años, nacido en Almería, y Raúl García Pérez, madrileño de 34, permanecen en prisión preventiva, acusados de apología del terrorismo, desde el viernes 5 de febrero. El magistrado de guardia en el Juzgado Central de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, dictó el sábado 6 de febrero prisión provisional sin fianza para ambos, a la espera de juicio. Los dos artistas pertenecen a Títeres desde Abajo, una compañía de marionetas malagueña que se dedica a hacer espectáculos con contenido político.
La representación de guiñol por la que se les acusa, titulada La Bruja y don Cristóbal, tuvo lugar el 5 de febrero a las 17.00 horas en el barrio de Tetuán –Madrid– dentro de los actos festivos organizados por el ayuntamiento. La obra se había estrenado el 29 de enero en la Biblioteca Social Libre Albedrío de Granada, y se representó de nuevo en el centro social La Redonda de esa misma ciudad dos días después.