Existen muchas maneras de construir un personaje. Hay quienes prefieren empezar a hacerlo sobre la base de su constitución física; otros, sobre la base de los aspectos psicológicos. Ambos
caminos son correctos. Lo importante en el trabajo de construcción de
un personaje está en desarrollarlo en una dimensión completa, hacer de
él, aunque sólo por un momento, un ser vivo, o mejor dicho
<<viva>> en escena. Para lograr darle vida a nuestro personaje es necesario pensar, sentir y actuar (accionar) como el.
Construir
un personaje es un trabajo delicado. Casi tan delicado como el que se
realiza al construir un castillo de naipes. Cada naipe tiene su importancia
y debe ser colocado con mucho cuidado, si uno falta, se cae o es
inestable, toda la torre se puede venir abajo. El
truco esta en ser específico. De nada sirve saber que el personaje es
un viejo, eso seria un dato muy general e inútil, es necesario saber que
tan viejo es, si es rico o se ha pasado la vida realizando mil y un
trabajos para sobrevivir, si no deja de renegar o es un viejito
simpaticon, si tiene manías, si vive solo o rodeado de sus nietos, si
fue a la guerra o se paso la vida detrás de un escritorio. Se debe tener claro que quiere, cuales son sus deseos mas íntimos, por qué se queda callado y pensativo cuando escucha el nombre de cierta persona.
No importa que el personaje sea un ser humano, un animal, un árbol o una pelota de fútbol. Lo mismo da. Ser específico es la clave. Si se es un perro, bueno pues este es criollo o de raza?, ¿se ha pasado la vida en la calle o lo han tenido toda la vida encerrado,
como un preso, en una azotea? Los detalles en el teatro no son
triviales, son la diferencia entre la verdad y la mentira.
Aspectos fisicos
La
composición física de un personaje es tan importante como su dimensión
psicológica. ¿Cómo es físicamente? y ¿Cómo reaccionas físicamente? son
preguntas que no podemos dejar de contestar cuando se crea un personaje,
ya que los aspectos psicológicos solo pueden ser percibidos por el
espectador gracias a que aquel realiza acciones físicas concretas. El actor, es cierto, puede utilizar la palabra para
expresar un estado de ánimo, pero este recurso en ocasiones resulta
demasiado fácil; en teatro, es más relevante hacer que decir. La
postura, el ritmo corporal y la voz son los ejes sobre los que se
articula la composición física de los personajes. Para construir una postura interesante
y precisa es muy importante prestar atención a la posición de los pies,
de la columna y de las articulaciones (muñecas, codos, rodillas, pies,
caderas, etc.), así como a la distribución del peso. es conveniente que
en este proceso exploremos con mucha libertad y sentido lúdico las múltiples posibilidades de combinación que estos componentes nos dan.
Por otro lado, es necesario establecer el ritmo corporal de
nuestros personajes. Sobre la base de la postura y de los aspectos
psicológicos, es indispensable precisar si el personaje tiene un ritmo
corporal rápido o lento (¿se parece a un ratón o a una tortuga?); si es
pesado o ligero (¿se parece a un rinoceronte a un gato?); si es directo o
indirecto (¿se parece a un pez a una mariposa?). Una vez establecidos
la estructura física y el ritmo corporal, se pasa a improvisar
diferentes timbres de voz, diferentes tonos, diferentes volúmenes, diferentes formas de hablar, etc.
0 comentarios:
Publicar un comentario